Soy un buen cliente, todos ustedes me conocen. Soy el que nunca se queja, el que espera pacientemente y el que no para a pensar en sus frustraciones, en sus decepciones y en las veces que se siente engañado, sin importarle como le hayan servido.

Entraré en un restaurante o llamaré a un servicio telefónico, contrataré una inmobiliaria o daré de alta un seguro, esperaré de pié y con buen talante mientras los empleados charlan entre ellos sin preocuparse ni un momento sí mi servicio o mi producto está en marcha para llevármelo.

Alguna vez alguien que va detrás de mí se lleva mi pedido, pero no me quejo ni una sola vez cuando el chic@ me dice - " ¡ Ohhh! Lo siento, pediré otro para usted". Espero y no armo un escándalo.

Sí me toca un empleado arrogante, maleducado o pasivo que se enfada y que parece que tiene mas prisa que yo cuando quiero tomarme unos minutos para elegir o pregunto mas de lo que espera, soy lo mas educado posible. No creo que responder bruscamente sea la respuesta. Nunca protesto ni pongo pegas. Nunca critico y no se me ocurriría montar una escena como ya he visto con otra gente en lugares públicos. Creo que no es necesario. No, soy el buen cliente, y les diré algo sobre mí:

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