Oír no es escuchar

Para lograr una comunicación efectiva, tanto en nuestra vida profesional como privada, la clave está en algo tan sencillo, pero a la vez tan difícil, como escuchar eficazmente.

Escuchar es algo más que "oír"a nuestro interlocutor o "comprender" instrucciones de nuestros superiores, ... Es necesario dar un paso más, y realizar una auténtica ESCUCHA ACTIVA: buscar la forma de conocer todos los deseos, actitudes y preferencias del interlocutor.

Sin embargo, escuchar bien no es tan sencillo.

Estas son algunas de las costumbres no productivas más practicadas cuando se escucha:

1. Interrumpir al que habla.
Es tan descortés "pisar" las ideas de la gente mientras hablan, como pisarles un pie. Un buen escuchador espera hasta que su interlocutor ha terminado, valora lo que ha dicho y responde después. ¡Contenga sus impulsos hasta haber oído todo lo que tengan que decir!

2. Concentrarse en los detalles y perderse en lo principal.
Los que no saben escuchar, se atienen sólo a los hechos, sin identificar los conceptos que les quieren transmitir. ¿cuántas veces ha interpretado en sentido literal, y mal entendido el mensaje?


3. Adaptarlo todo a una idea preconcebida.
Con frecuencia, solemos oír las cosas no como son, sino como nos gustaría que fueran. Tendemos a adaptar los mensajes para que no sean discordantes con nuestra forma personal de ver las cosas.


4. Mostrar una actitud corporal pasiva.
Para escuchar bien no es suficiente tener los "oídos abiertos": hay que escuchar con todos los sentidos.


5. Crear o tolerar distracciones.
Nuestro interlocutor se merece con exclusividad toda nuestra atención durante el tiempo que dure su comunicación. El permitir interrupciones, además de una descortesía, nos hace distraer la atención y perder detalles del mensaje.


6. Permitir que las distracciones bloqueen el mensaje.
Las comunicaciones relativas a temas que suscitan emociones tienen el peligro de perder parte de su contenido si quien las escucha e interpreta se deja aturdir por su reacción sentimental.

7. "Ensoñaciones".
Las personas que saben escuchar, aprovechan la facultad humana que nos permite pensar mucho más rápido que hablar. Con ello podemos evaluar, repasar, resumir y anticipar el mensaje que nos están transmitiendo, aún antes de que terminen. Practicando esta habilidad se puede diferenciar el objetivo del mensaje de los detalles accesorios, captar contenidos no verbales, y anticipar posibles respuestas.

Dentro de las ventajas de la escucha activa podemos destacar, entre otras:


* Mejor conocimiento del otro.
* Relajamos situaciones tensas.
* Logramos mayor cooperación.
* Más tiempo para pensar.
* Conseguimos mayor rapidez en los acuerdos.
* Seguridad en la toma de decisiones.

Y como las reglas basicas para mejorar:


* Crear y establecer un clima agradable.
* Concentrarse y evitar distracciones.
* Prepararse sobre el tema a escuchar.
* Tomarse el tiempo necesario para escuchar.
* Aceptar al otro tal y como es.
* Escuchar y resumir.
* Comprender la estructura del argumento.
* No adelantar conclusiones.
* Escuchar con empatía.
* Preguntar y tomar notas.


Así que... practiquemos la escucha activa

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1 Responses to “Oír no es escuchar”

  1. # Blogger admin

    Es cierto. Me acabo de encontrar en una de mis peripecias con una consultora de éstas de 25-26 años, que lo único que quiere es vender sus pedazos de carne al cliente-empresa y no escucha (ni quiere, ni sabe, ni lo intenta) ni a uno ni al otro... Luego la ca***, como era previsible, y pierde la cuenta y la confianza de sus candidatos y de sus jefes, pero ella habló más que nadie, ¡qué carajo! :)  

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