ASAMBLEA EN LA CARPINTERÍA
3 Comments Published by Es lo de menos on 30 noviembre 2006 at 2:45 p. m..
Cuentan que en la carpintería hubo una vez una extraña asamblea. Fue una reunión de herramientas para arreglar sus diferencias. El martillo ejerció la presidencia, pero la asamblea le notificó que tenía que renunciar.
¿la causa? ¡Hacia demasiado ruido! Y, además, se pasaba todo el tiempo golpeando.
El martillo aceptó su culpa, pero pidió que también fuera expulsado el tornillo; dijo que había que darle muchas vueltas para que sirviera de algo. Ante el ataque, el tornillo aceptó también, pero a su vez pidió la expulsión de la lija. Hizo ver que era muy áspera en su trato y siempre tenía fricciones con los demás.
Y la lija estuvo de acuerdo, a condición de que fuera expulsado el metro que siempre se la
pasaba midiendo a los demás según su medida, como si fuera el único perfecto.
En eso entró el carpintero, se puso el delantal e inició su trabajo. Utilizó el martillo, la lija, el metro y el tornillo. Finalmente, la tosca madera inicial se convirtió en un lindo juego de ajedrez.
Cuando la carpintería quedó nuevamente sola, la asamblea reanudó la deliberación. Fue entonces cuando tomó la palabra el serrucho, y dijo:
“Señores, ha quedado demostrado que tenemos defectos, pero el carpintero trabaja con nuestras cualidades. Eso es lo que nos hace valiosos. Así que no pensemos ya en nuestros puntos malos y concentrémonos en la utilidad de nuestros puntos buenos”.
La asamblea encontró entonces que el martillo era fuerte, el tornillo unía y daba fuerza, la lija era especial para afinar y limar asperezas y observaron que el metro era preciso y exacto.
Se sintieron entonces un equipo capaz de producir y hacer cosas de calidad. Se sintieron orgullosos de sus fortalezas y de trabajar juntos.
Es fácil encontrar defectos, cualquier tonto puede hacerlo, pero encontrar cualidades, eso es para los espíritus superiores que son capaces de inspirar todos los éxitos humanos.
Os recomiendo que la uséis en cursos de formación sobre trabajo en equipo e incluso que se la paséis a vuestros compañeros de los comités de dirección.
Os sorprenderá el resultado
¿la causa? ¡Hacia demasiado ruido! Y, además, se pasaba todo el tiempo golpeando.
El martillo aceptó su culpa, pero pidió que también fuera expulsado el tornillo; dijo que había que darle muchas vueltas para que sirviera de algo. Ante el ataque, el tornillo aceptó también, pero a su vez pidió la expulsión de la lija. Hizo ver que era muy áspera en su trato y siempre tenía fricciones con los demás.
Y la lija estuvo de acuerdo, a condición de que fuera expulsado el metro que siempre se la
pasaba midiendo a los demás según su medida, como si fuera el único perfecto.
En eso entró el carpintero, se puso el delantal e inició su trabajo. Utilizó el martillo, la lija, el metro y el tornillo. Finalmente, la tosca madera inicial se convirtió en un lindo juego de ajedrez.
Cuando la carpintería quedó nuevamente sola, la asamblea reanudó la deliberación. Fue entonces cuando tomó la palabra el serrucho, y dijo:
“Señores, ha quedado demostrado que tenemos defectos, pero el carpintero trabaja con nuestras cualidades. Eso es lo que nos hace valiosos. Así que no pensemos ya en nuestros puntos malos y concentrémonos en la utilidad de nuestros puntos buenos”.
La asamblea encontró entonces que el martillo era fuerte, el tornillo unía y daba fuerza, la lija era especial para afinar y limar asperezas y observaron que el metro era preciso y exacto.
Se sintieron entonces un equipo capaz de producir y hacer cosas de calidad. Se sintieron orgullosos de sus fortalezas y de trabajar juntos.
Es fácil encontrar defectos, cualquier tonto puede hacerlo, pero encontrar cualidades, eso es para los espíritus superiores que son capaces de inspirar todos los éxitos humanos.
Os recomiendo que la uséis en cursos de formación sobre trabajo en equipo e incluso que se la paséis a vuestros compañeros de los comités de dirección.
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Etiquetas: Formacion
Hmmm, acabo de leer tu mensaje en mi blog y creo que me has malinterpretado (son las cosas de Internet). No sé exactamente a qué te refieres con lo de "engrosar" la lista de los 40 años... Me encanta tu blog y he dejado algunos comentarios, pero estoy totalmente a favor de lo que dices en lo de la profesionalidad, etc... A lo que me refería es que la mayor parte de la gente de los RRHH que yo conozco están por encima de los 40 y no piensan ni de lejos como tú lo haces, que sería lo deseable. Siento si me has malinterpretado, pero obviamente por Internet las palabras suenan a veces de un modo diferente a como sonarían en la realidad. No quisiera que malinterpretaras mis intenciones ni mis comentarios. Si te has sentido ofendid@ por algo, te pido disculpas, aunque creo que todo lo he expuesto con la máxima corrección (no entiendo dónde está lo que te ha podido ofender). Saludos.
No, no me he ofendid@ NI MUCHISIMO MENOS. Me gustó tu comentario. Me gusta engrosar la lista de menos de 40. Es un toque de "humor bizarro" (así me define un becario que tengo en mi departamento, para que veas que ya no te respetan ni los becarios ;-), y eso que así empecé yo...)
Disculpa tu, si te has llevado aunque sólo sea dos minutos de enfado.
Cuidate
Me ha gustado mucho la fábula, muy gráfica para el trabajo en equipo.
Carlos M.