"Había una vez dos ranas que cayeron en un recipiente de nata.
Inmediatamente se dieron cuenta de que se hundían: era imposible nadar o flotar demasiado tiempo en esa espesa masa como arenas movedizas. Al principio, las dos ranas patalearon en la nata para llegar al borde del recipiente. Pero era inútil, sólo conseguían chapotear en el mismo lugar y hundirse. Sentían que cada vez era más difícil subir a la superficie y respirar.
Inmediatamente se dieron cuenta de que se hundían: era imposible nadar o flotar demasiado tiempo en esa espesa masa como arenas movedizas. Al principio, las dos ranas patalearon en la nata para llegar al borde del recipiente. Pero era inútil, sólo conseguían chapotear en el mismo lugar y hundirse. Sentían que cada vez era más difícil subir a la superficie y respirar.
Una de ellas dijo en voz alta: ¡¡no puedo más!!!. Es imposible salir de aquí. En esta materia no se puede nadar. Ya que voy a morir no veo por qué prolongar este sufrimiento. No entiendo qué sentido tiene morir agotada por un esfuerzo estéril.
Dicho esto dejó de patalear y se hundió con rapidez, siendo ligeramente tragada por el espeso líquido blanco.
La otra rana, más persistente o quizás más tozuda se dijo: "¡No hay manera! Nada se puede hacer para avanzar en esta cosa. Sin embargo, aunque se acerque la muerte, prefiero luchar hasta mi último aliento. No quiero morir ni un segundo antes de que llegue mi hora".
Siguió pataleando y chapoteando, sin avanzar un centímetro durante horas y horas.
Y de pronto, de tanto patalear y batir las ancas, agitar y patalear, la nata se convirtió en mantequilla.
Y de pronto, de tanto patalear y batir las ancas, agitar y patalear, la nata se convirtió en mantequilla.
Sorprendida, la rana dio un salto y, patinando, llegó hasta el borde del recipiente. Desde allí pudo regresar a casa croando alegremente".
Jorge Bucay
Jorge Bucay
Buena historia para usar en cursos de formación, os la recomiendo ya que sirve para muchos temas.
Etiquetas: Formacion
El problema son las ranas que ven que la otra se va a hundir, entonces pisa en ella para que pueda salir mientras la otra se hunde más rápido... pero creo que esto es cuento para otro post...
Buen texto!
Espero que a la rana le guste la mantequilla, porque si no...
Jaja, excelente comentario el de Luis: ahí se ve que la raza de los humanos es cien veces más perversa que la de las ranas... :lol: